Pues me fuí para El Carmen de Bolívar, bello pueblo donde
nació el gran maestro de la música colombiana, Lucho Bermúdez, que con
su orquesta escribió páginas memorables. Desde su porro hasta boleros,
mazurcas, polkas, merecumbés y gaitas, y lo mejor, todos éxitos.
Le celebramos sus 100 años de nacimiento y fue la apoteosis. Creo que
el maestro, que en la gloria eterna esté, se sintió complacido de su
pueblo y agradecido con la vida que le prodigó estos aplausos y lágrimas
que ni el tiempo podrá borrar. Allí se sintió esa Colombia llena de fe y
armonía que grita paz y alegría; la del suelo de oración, la que le
canta a la vida.
Un solo trueno de aplausos en la plaza cuando carmeros y extraños
vimos subir al escenario a Patricia, su hija y la heredera de su talento
en el clarinete, instrumento preferido de Lucho. Mostró de nuevo la
orquesta fundada por Lucho y nos deleitó con su arte. Suena cada vez
mejor ese legado que ha formado ya cuatro generaciones de músicos y
sigue tan campante en 57 años de historia.
Queda el compromiso de la ministra Mariana Garcés y del gobernador
Juan Carlos Gossaín de construir el museo en la casa del maestro que
está en la ruina, y la escuela de música para los muchachos estos Montes
de María golpeados por todos los violentos de este país pero tan tercos
en eso de la importancia de vivir y producir, a pesar de que la muerte
les esté pisando los talones.
Y visité a los mil quinientos habitantes actuales del El Salado –
antes eran ocho mil quinientos -, en pleno corazón de los Montes. Allí,
hace doce años, los paras de Carlos Castaño masacraron 206 personas en
cinco días y con lista en mano. Comenzaron en Ovejas, Sucre, y los
fueron asesinando acusándolos de ser “colaboradores de la guerrilla de
las Farc”, la que había realizado otra matanza en la misma zona tres
meses antes.
Los que han regresado a estas tierras lo han hecho de corazón. En un
año volvieron a hacer parir la tierra con los ñames más grandes y los
aguacates más sabrosos de la tierra. Como ellos ya quedaron pendientes
de sus vidas, avisan que hace varios días les quitaron el Ejército que
los guardaba. Y ya empezaron a recibir avisos. ¡No aprendemos!
Cartagena me volvió a llenar el alma. Estamos en el Hay Festival con
los niños ganadores del 5º. Concurso Nacional de Cuento que patrocinan
RCN y los ministerios de Cultura y Educación. En el libro ‘Colombia
cuenta’ que lanzaron este año vemos el mapa social de Colombia. Se lo
recomiendo a los guionistas de cine.Hay veinte guiones que escribieron
los pelaos y que cuentan sueños y realidades de cada región.
El maestro Juan Gossaín que ha sido pilar de referencia de las nuevas
plumas del país me entregó este delicioso resumen de los cinco años:
“han participado hasta ahora ciento cincuenta mil concursantes, y esta
vez lo hicieron desde novecientos ochenta municipios de Colombia. Es
decir, que el noventa y cinco por ciento de nuestros niños y jóvenes
sueñan, piensan, escriben, cantan y cuentan”. Por eso, bravo maestro
Lucho cuando se le ocurrió describir en su pentagrama esta ¡Colombia ,
patria querida!.
P.D. Por si algo faltaba vimos a Carlinhos Brown y a Larry Harlow.
Dos grandes que desde su esquina nos cuentan que en todas partes es
posible vivir la vida, sentir el amor y gozar cada nota a través de la
música.