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25 de Enero, 2012
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Carmen de Bolívar será el escenario en donde este miércoles se emita el decreto del Ministerio de Cultura que dedica el 2012 a la memoria y obra del maestro Lucho Bermúdez.Además de las celebraciones en el lugar de nacimiento hace 100 años del maestro Bermúdez, se anunciaran actividades como que el 20 de julio de este año, durante el “Celebra la Música”, será la obra de este maestro la protagonista.El Ministerio adelantó que desde ahora y durante todo el años promoverá el que difunda y se haga propaganda a los principios artísticos que tenia el autor de temas tan colombianos como “Carmen de Bolívar” y “Colombia Tierra querida”, por mencionar solo algunos temas.En la población bolivarense el gobierno nacional y el municipal se comprometerán con la creación de una escuela de formación artística que llevará el nombre de Luis Eduardo ‘Lucho’ Bermúdez para promover el talento artístico de las nuevas generaciones de ese municipio y de la región.Caracol Radio, en un hecho inédito, le rinde tributo a su memoria musicalizando su identificación sonora a ritmo que hiciera grande el maestro Lucho Bermúdez.Músico universal y versátil
Luis Eduardo Bermúdez nació el 25 de enero de 1912 en El Carmen de Bolívar (Bolívar) y murió el 23 de abril de 1994 en Bogotá. Es considerado el compositor e intérprete musical más representativo e insigne de la música colombiana, porque popularizó e internacionalizó ritmos como el bolero, la cumbia, el porro y el merecumbé.Su sensibilidad artística le permitió componer más de mil canciones en aires como el porro, la cumbia, el joropo, el mapalé, el tango, el mambo y hasta el chachachá. Multifacético como ninguno, ‘Lucho’ Bermúdez tocaba trombón, trompeta y saxofón pero, sin mucha dificultad, era también un maestro con la flauta y el clarinete. Fue pionero en escribir en partituras su música, lo que permitió su difusión y permanencia en el tiempo.Sonó sin cesar, en Colombia y en el exterior, como si fuera dueño de los salones de baile y emisoras, en donde demostró su talento y capacidad para fusionar al país, el Caribe y Latinoamérica en su música. Fue un músico universal: dirigió bandas de pueblos y municipios, pero también participó como director e intérprete de las más famosas orquestas de música tropical del mundo como la Billo´s Caracas Boys, Los Melódicos, La Orquesta de Bebo Valdés y la Sonora Matancera.Primeros pasos de su trayectoria
‘Lucho’ Bermúdez presenta oficialmente en sociedad la Orquesta de Lucho Bermúdez el 15 de julio de 1947 en el Hotel Granada, e inicia así una intensa agenda de presentaciones, giras y grabaciones que durarían toda su vida.En 1948 se radica en Medellín donde trabaja de planta en el Hotel Nutibara, en el Club Campestre y como Director Artístico Musical de la emisora ‘La Voz de Antioquia’.En Medellín acompañó a Pedro Vargas, Eva Garza, Miguelito Valdés, Avelina García y Toña ‘La Negra’, entre otros artistas famosos de la época. |
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edgardoalfonso a las 08:53 · Sin comentarios
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25 de Enero, 2012
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 Lucho Bermúdez (izq.) durante un homenaje en su nombre. Foto:Plinio Guzmán recuerda al hombre que impuso en Colombia los ritmos de la costa Caribe. Sin las inyecciones de Plinio Guzmán, ese día de marzo de 1943, el contrato por tres meses que Lucho Bermúdez consiguió para tocar en el Night Club Metropolitan, en los sótanos de la carrera séptima con avenida Jiménez, el mejor de la época, se hubiera perdido. Plinio, estudiante de tercer año de Medicina en la Universidad Nacional, se hospedaba en uno de los cuartos de la Pensión Ceci, en la carrera octava con calle décima. Allí llegaron Lucho Bermúdez y todos sus músicos, cuando todavía eran la Orquesta del Caribe. Un virus los cogió por sorpresa, después de un largo viaje en barco por el río Magdalena y de haber recorrido otro pedazo por carretera. Solo en ese momento, Lucho conoció el frío. Sin esas inyecciones, la oportunidad de darse a conocer en Bogotá y de poner a bailar a punta de cumbias, porros, gaitas y fandangos a un montón de cachacos cubiertos de ropa y más bien aburridos se hubiera perdido. Lo que nació ese día entre Plinio Guzmán y Lucho Bermúdez es uno de los mejores ejemplos de lo que significa tener un amigo del alma. Lucho era un tipo organizadísimo, pero también tenía una enorme capacidad para improvisar y en cualquier momento interrumpía una conversación, porque se le venía a la mente la idea perfecta para una canción nueva. -A él le salía todo así, como sin pensar mucho. De repente, se sentaba a escribir un par de cosas y me preguntaba: "¿Es o no es un porro?". Al rato lo tenía listo. Plinio está sentado en una poltrona, en un cuarto de su casa dedicado al músico y compositor nacido en El Carmen de Bolívar. Es un estudio repleto de fotos, condecoraciones, libros, partituras, acetatos de todas las revoluciones y casetes. (Vea aquí unas fotos de la visita al cuarto en honor a Lucho Bermúdez) Se especializó en ginecobstetricia y, como tal, le dio la vuelta al mundo, pero lleva la música en la sangre. Su madre era pianista y él aprendió muy joven a tocar guitarra en su natal Barranquilla. También tuvo un dúo con su hermano Hernando, con el que cantaba en fiestas y en una emisora llamada Variedades. Tal vez por eso, desde que la vida lo cruzó con Lucho, en esa pensión del centro de Bogotá, se sintió feliz de hacer, a cuatro manos, varias de sus canciones. El trato era que Plinio hacía la letra y Lucho ponía la música. "Pero yo nunca quise aparecer en los créditos", dice el médico, un hombre discreto, de bajo perfil, que nunca quiso figurar al lado de su amigo famoso. Los porros Nochebuena y Caracolí, el bolero Añoranza (grabado por primera vez por Leo Marini, en Argentina, y luego interpretado por Matilde Díaz) y El cumbión de los médicos son solo algunas de ellas. Las fiestas que hacían juntos comenzaban hacia las 8 de la noche y terminaban, casi siempre, con el desayuno del día siguiente. Son memorables las que hicieron en el garaje de la casa donde hoy sigue viviendo Plinio, una de esas construcciones de cuatro pisos del barrio Palermo que ya casi no existen. Muchas veces, Lucho aterrizaba allá por sorpresa con toda su orquesta, que como buena big band podía tener entre 20 y 25 músicos. "Los niños se iban a dormir temprano. Él daba la orden de que nadie saliera sino hasta las 10 de la mañana, aunque en realidad nadie quería salir antes. A medianoche había reparto de tamales, eso era un baile interminable. Todo en Lucho era una fiesta. Con él nos pusimos de ruana a Bogotá". -Y a toda Colombia, ¿no le parece? -Pues sí, es cierto. Cuando tenía presentaciones, primero con la Orquesta del Caribe (fundada en 1939) y luego con la Orquesta de Lucho Bermúdez (que nació después de su viaje a Argentina en 1946 y que todavía existe), lo que el artista hacía era ponerse de ruana los encopetados griles del Hotel Granada y del Continental o el Salón Rojo del Tequendama, en los años 70. También enloqueció a los asistentes del Club La Popa de Cartagena, del San Fernando de Cali y del Country Club de Barranquilla. Plinio asumió feliz la misión de llevar a todas partes la música de Lucho, en los barcos que antiguamente navegaban por el Magdalena, y en sus viajes por el mundo. Cargaba sus discos con merecumbés, mapalés, porros, fandangos y cumbias, entraba a la cabina de los capitanes de las embarcaciones y los convencía de que lo dejaran armar la fiesta. Así fue como muchos japoneses, australianos, africanos, europeos de todos los países conocieron himnos tan nuestroscomo Carmen de Bolívar, Prende la vela, Joselito Carnaval, Caprichito, Danza negra, Salsipuedes y Colombia, tierra querida (Lucho decía que esta, compuesta a fines de los años 50, era su canción más cívica). En uno de esos viajes por el Magdalena, unas señoras de Puerto Berrío se escandalizaron y le gritaron que las canciones que salían de esos discos eran "pornográficas". -No fue fácil. Hasta en la costa, la música que se oía por esa época era del interior, bambucos, pasillos, valses, torbellinos. A Lucho le tocó duro. El porro y el fandango y esas cosas eran como música del pueblo. Una vez en Puerto Berrío, cuando quise poner a sonar sus canciones, las señoras escondieron a sus hijas y les taparon los oídos. Me dijeron que me fuera con mi pornografía a otra parte. Hoy, a los 88 años, Plinio Guzmán pasa la mayor parte del tiempo en la terraza de su casa, meciéndose en una silla y pidiendo que le suban el volumen a una grabadora en la que escucha, sin ningún asomo de cansancio, las canciones que inmortalizó su mejor amigo, y también las que nunca conocimos. Ese rincón se llama Barranquillita. Está lleno de fotos de Lucho, de máscaras de marimondas, de hamacas y sombreros vueltiaos y camisetas del Junior, de afiches de Los Melódicos o de Pacho Galán, de imágenes de Celia Cruz y de Matilde Díaz. En esa misma casa vivió, en el año 65, Lucho Bermúdez. El maestro siempre estuvo agradecido con Plinio, a quien le compuso una gaita con su nombre y apellido (Plinio Guzmán) y quien además se convirtió en médico personal suyo, de todos los miembros de su orquesta y de su familia. -Él hizo de todo. La gente cree que solo compuso música del Caribe, pero sus pasillos, sus bambucos, sus guabinas, qué cosa tan bonita. Y no solo dominaba el clarinete y los instrumentos de viento: tocaba piano, con la percusión era muy bueno. Lucho quiso que los padrinos de bautizo de Gloria María Bermúdez Díaz -la segunda de los cuatro hijos que tuvo en sus tres matrimonios- fueran Plinio Guzmán y su esposa, Elisa. Y ellos quisieron que Lucho fuera el padrino de Gloria María Guzmán Villate -la tercera de los hijos de Plinio-. Era muy raro que se pelearan por algo. Sus únicas discusiones, aunque para explicarlo habría que buscar una palabra más precisa, se daban por alimentos. Ambos le 'jalaban parejo' a la comida. Y hacían apuestas. El que primero 'tirara la toalla' pagaba ese día. -Yo llegué a pesar 106 kilos. A Lucho le encantaba el sancocho, el arroz con coco, el chicharrón, la yuca, comía de todo, pero de pronto me decía: "Ya no puedo más", y casi siempre le tocaba pagar. El aguardiente, dicen, no le gustaba. Lo suyo eran la cerveza, el brandy o el whisky. -¿Se equivoca uno si afirma que todos los colombianos hemos bailado al menos una canción de Lucho Bermúdez? -No. Lucho era un prodigio para componer y también quería que todo el mundo gozara y que la música popular de Colombia fuera conocida en todo el mundo. Le daba felicidad a la gente. Nada más oiga esos juegos de clarinetes que se inventaba... Eso es único, maravilloso. Tiene un repertorio que puede ser bailado por varios días sin repetir canción. Son más de mil, seguro. -Y cuando no estaba componiendo o haciendo arreglos, ¿qué hacía? -Música. Nada más que eso. Él pensaba todo el tiempo en eso. Bueno, y si no era música, pues dormía. Es la vida de los músicos. "Al doctor Guzmán nosotros lo titulamos el humano más grande que tiene Colombia, porque es el hombre que ha dado su medicina al servicio de los más pobres de este país. Las personas como él deben vivir mucho, aunque la naturaleza no quiere que vivan", dijo Lucho alguna vez, en el festejo de unos de los cumpleaños de Plinio. Aunque son muchas las canciones de Lucho que lo estremecen, tal vez la que más le gusta es Colombia, tierra querida. -Pero no me haga contarle todo, que es muy largo. Guzmán está seguro de que se demoraría los 88 años que tiene para relatar lo que fue la vida de su mejor amigo. Un año de homenajes y festejos El Ministerio de Cultura declaró el 2012 como el año de Lucho Bermúdez. La celebración del aniversario de su natalicio se abrirá hoy en su pueblo natal, El Carmen de Bolívar, y el próximo domingo, en el marco del Hay Festival que se realiza en Cartagena, habrá un conversatorio llamado'Lucho Bermúdez: 100 años de identidad musical en Colombia', en el que estarán Carlos Vives, Daniel Samper Pizano y Juan Vicente Contreras, investigador musical. Laila Abu Shihab |
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edgardoalfonso a las 08:49 · Sin comentarios
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25 de Enero, 2012
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Lucho Bermúdez, nacido el 25 de enero de 1912, y autor de canciones como ‘Salsipuedes’, ‘Carmen de Bolívar’ y ‘Prende la vela’. /Archivo-El Espectador Lucho Bermúdez perteneció a las bandas de Aracataca y Santa Marta, y a los 18 años decidió crear la suya propia en Chiriguaná. Después de volver a Aracataca y fundar la banda Santa Cecilia, se desplazó a Cartagena, donde, perseguido por su inquietud musical, empezó a madurar su habilidad para la composición. “Empecé a componer cuando tenía 22 años en Cartagena. Ya en Santa Marta componía algunas cositas, pero sin importancia: no trascendían. Mi primera canción en Cartagena fue Marbella. Allí también escribí Prende la vela y Las mujeres de San Diego”.Muchos estudiantes de secundaria hoy no recocen el nombre de Lucho Bermúdez, ni tienen idea de que el maestro tocaba el clarinete ni mucho menos de cuán famosos fueron sus solos, que desplegaba en medio de conciertos con grandes orquestas como la de jazz de Benny Goodman, también clarinetista y una de sus grandes influencias. Sin embargo, todos cantan, casi como himno, la letra de Colombia, tierra querida y bailan alegres al son de Prende la vela o de Carmen de Bolívar. Lo que se cuela debajo de la piel cuando se escucha la música de Lucho Bermúdez no es más que la definición de identidad.
En Cartagena, en 1939, formó la Orquesta del Caribe, al mismo tiempo que dirigía la de la Emisora Fuentes y la A Número 1, de José Pianetta Pitalúa. Allí conoció al cantante cubano Miguelito Valdés, una importante figura de la historia de la música, que había viajado con la orquesta Casino de la Playa, la cual alternó con la del Caribe en el club La Popa. Valdés llevó a Chano Pozo a Nueva York y en septiembre próximo también estaría cumpliendo 100 años. Grabó formidables versiones de Danza negra, Prende la vela y Gloria María. Cartagena fue suficiente impulso para que el maestro Bermúdez se trasladara a Bogotá y allí conquistara con porros, gaitas y cumbias a un público acostumbrado a la mesura de los pasillos y bambucos. Su presencia en la capital fue un hecho extraordinario y a la vez paradójico. Si bien su orquesta se presentaba en los hoteles y clubes más elitistas de la ciudad, su música cargaba un mensaje de inclusión y daba prestigio a la música indígena, negra y blanca por igual. Al maestro poco le importaban las exclusividades; su principal preocupación era hacer buena música, hermosas melodías y arreglos grandiosos con cadencias sensuales. En materia de amores, se puede contar que estuvo casado con Ledda Montes, con quien tuvo su primer hijo, y luego con Matilde Díaz, una unión recordada por su significado musical. Junto a ella hizo un viaje a Buenos Aires, Argentina, en 1946, donde armó una gran orquesta con el cantante cartagenero Bob Toledo. Grabó con el sello RCA Víctor temas como Danza negra, Buenos Aires y Caprichito. De su unión con Matilde Díaz nació Gloria María, a quien Bermúdez le compuso la cumbia del mismo nombre. Por último, se unió a Elba Gallo y tuvo dos hijos. Patricia, la mayor de este matrimonio, toca el clarinete, como su padre. Con ellos vivió hasta sus últimos días. Otro viaje fundamental para Bermúdez fue a La Habana. Músicos como Bebo Valdés recordaban que a raíz de un arroz con coco que Matilde Díaz cocinó para él, el primero que comió en su vida, le puso título a una de sus composiciones: Con poco coco. Bermúdez y Valdés interpretaron el tema Prende la vela en la película Mi papá tuvo la culpa (1953). Allí, en una escena, mientras la actriz Meche Barba baila sobre una tarima simulando que canta, se escuchan de fondo la voz de Matilde Díaz y la orquesta de Valdés bajo la dirección de Bermúdez. Algunas fotos evidencian, también, un encuentro con Celia Cruz, quien grabó una versión del tema Salsipuedes (compuesta en 1949) con el maestro Ernesto Lecuona, que fue quien lo invitó para participar en el Festival de Música Latinoamericana de La Habana y, además, quien prestó su orquesta para que el maestro grabara algunos temas. La lista de sus viajes incluye una gira por México, país en donde grabó alrededor de 80 discos. Fue a Venezuela, Costa Rica, Ecuador, y su orquesta se presentó incluso en distintas ciudades de los Estados Unidos, como Nueva York, San Francisco, Los Ángeles, Miami, Las Vegas y Washington. Si alguien quisiera hablar de la nueva música colombiana tendría que empezar por Lucho Bermúdez, un verdadero innovador. Con ayuda de las influencias de la música africana, el jazz, la música brasileña (escuchar ritmos como el baião hacen pensar en una influencia directa, aunque podría ser casual) y otros. Actualmente, los rastros de su herencia se evidencian en las infinitas reinterpretaciones de su música, que músicos jóvenes han usado como inspiración. El grupo bogotano Frente Cumbiero se basa, precisamente, en la traducción que hace el maestro de la cumbia, hasta convertirla en lo que llaman “cumbia de salón”. El cantante Juan Carlos Coronel le dedicó el disco Un maestro, una voz y Francisco Zumaqué hizo un importante trabajo de orquestación de la obra de Bermúdez. Existe, también, una curiosa versión del tema San Fernando hecha por la agrupación Ska Cubano, que retituló el tema con el nombre del grupo. El maestro Lucho Bermúdez fue especialista en la composición de himnos populares: para el Carnaval de Barranquilla, Joselito Carnaval; para el país, Colombia, tierra querida y hasta uno para el cuerpo: Prende la vela. Carmen de Bolívar fue su homenaje al pueblo donde nació, “una canción demasiado hermosa para un pueblo como éste”, como dijo alguna vez uno de sus vecinos, indagado por el paradero de Bermúdez. Su caso es análogo al del maestro Duke Ellington. Ambos estuvieron preocupados por vestir de gala a la música popular, por reivindicar sus condiciones poco privilegiadas siendo los mejores en la música, pero sobre todo, por trazarla con la más bella arquitectura y pensarla en un estadio inmortal. |
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edgardoalfonso a las 08:46 · Sin comentarios
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25 de Enero, 2012
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En enero de 1949 los lectores de Semana, revista fundada por Alberto Lleras Camargo y dirigida por Hernando Téllez, se sorprendieron con el tema de la portada. El espacio principal, reservado siempre a estadistas, políticos o intelectuales, estaba ocupado por Luis Eduardo Bermúdez Acosta. Muchos bogotanos no habían oído hablar de él nunca. Otros lo conocían como el maestro Lucho Bermúdez, divulgador de la música costeña. El reportaje afirmaba: "En el interior muchos aseguran que (el porro) es el más bullicioso y algunos que es el más vulgar". Y a renglón seguido lo reconocía como "el más popular de los aires festivos de Colombia". Esta información fue el primer reconocimiento público de que empezaba a producirse una honda transformación en la cultura popular colombiana. Los aires del interior, que hasta entonces constituían la identidad musical nacional, acusaban el irresistible empuje de los ritmos bailables costeños como nuevo paradigma que convocaba musicalmente a un país donde hasta entonces los tambores se miraban con sospecha y solo se reconocía la dignidad de la música andina de cuerdas y los aires de salón del exterior. Según el cantante Cosme Leal, las orquestas de Bogotá "no se atrevían a tocar un porro o una cumbia porque les daba pena". Bermúdez había llegado por primera vez a Bogotá en 1944 con su orquesta. Acudía contratado por un club nocturno, y pronto se difundieron en directo sus gaitas, cumbias, porros y mapalés en el programa radial La hora costeña. Muchos bogotanos se escandalizaron y un famoso columnista de EL TIEMPO dijo con desagrado que la música de Bermúdez era "una merienda de negros". Sus oídos estaban acostumbrados al pasillo, el bambuco, la polca y el vals, pero no a los ritmos del litoral. Lo más movido que se agitaba por entonces en la capital era la rumba criolla, una adaptación paramuna del sabor cubano. Bastaron quince años para que la cumbia y el porro se consagraran como símbolos musicales de Colombia, y quince más para que el vallenato los acompañara en el podio. El mayor responsable de esta honda sustitución de valores fue Lucho Bermúdez, nacido hoy hace cien años en Carmen de Bolívar, uno de los más completos, talentosos y polifacéticos músicos que ha dado el país, intérprete de clarinete, conocedor de la música clásica y del jazz y compositor de toda suerte de aires latinos, desde el bolero y el danzón hasta el torbellino y el tango. En estos días se rinde homenaje en diversos escenarios al inolvidable "maestrísimo" -como lo llamaba su colega Álvaro Dalmar-, cuyas principales obras han animado las fiestas de varias generaciones: Carmen de Bolívar, San Fernando, Borrachera, Tolú, Prende la vela, Te busco, Salsipuedes, Danza negra, Colombia, tierra querida... Sería injusto, sin embargo, no mencionar otras figuras que con sus orquestas o sus obras contribuyeron a elevar al nivel de identidad nacional la música que en un principio solo representaba una región: en primer lugar Pacho Galán, pero también Luis Carlos Meyer, Alex Tovar, Crescencio Salcedo, José Barros, José María Peñaranda, Rafael Escalona, Rafael Campo Miranda, Julio Bovea y muchos otros. ¿Qué fenómeno provocó el cambio? El crítico José Vicente Contreras sostiene que Bermúdez "vistió de frac la música costeña", al adaptar a instrumentos orquestales los aires de bandas y conjuntos callejeros. José Portaccio, biógrafo del maestro, señala que enriqueció los ritmos costeños "sin que perdieran autenticidad". Lucho Bermúdez falleció en Bogotá en abril de 1994. Pero su música está cada vez más viva, como lo demuestran las celebraciones de su centenario. |
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edgardoalfonso a las 08:39 · Sin comentarios
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25 de Enero, 2012
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martes, 24 de enero de 2012 14:24'Carmen de Bolívar', 'Colombia tierra querida' o 'Salsipuedes' permanecen en la memoria musical de los colombianos.
Canciones memorables de uno de los compositores, arreglista, interprete y director más importantes del país, Lucho Bermúdez, quien este 25 de enero cumpliría 100 años.
Ese mismo día la ministra de Cultura, Mariana Garcés anunciará que el 2012 ha sido declarado “Año Lucho Bermúdez”, con el objetivo de rendir honores y preservar la memoria del maestro.
Igualmente, la norma también dicta que el próximo 20 de julio habrá un concierto en su homenaje. Así como en noviembre en la jornada ¡Celebra la música! será dedicada a su vida y obra.
En su tierra natal Carmen de Bolívar, el próximo 25 de enero día de su natalicio se realizarán actos conmemorativos en su honor para divulgar su trayectoria profesional y su producción musical. Alborada a cargo de agrupaciones de los Montes de Maria, seguida por un te deum en el que participarán Patricia Bermúdez (clarinete) y los músicos del municipio Gustavo Angulo y Sergio Deulofeu, además del coro de la universidad de Cartagena.
La jornada se cerrará con un concierto en el que actuarán la orquesta de Lucho Bermúdez, Cartagena Caribe Big Band, orquesta universidad de Cartagena y Kalamary Big Band, entre otras agrupaciones.
Las notas musicales de las composiciones de Lucho Bermúdez seguirán sonando en el municipio que lo vio nacer gracias a una escuela de formación musical para promover el talento artístico.
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edgardoalfonso a las 08:36 · Sin comentarios
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25 de Enero, 2012
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Como homenaje a los cien años de Lucho Bermúdez, Producciones Club Video 76 lanza al público, en formato DVD, la vida y obra del gran músico del Caribe. El contenido de este trabajo audiovisual, del productor José F. Bermúdez, recrea aspectos de la vida del músico, como su niñez, juventud y el desarrollo de su amplia trayectoria. Otros aspectos que abarca este material son también los amores del maestro, fuente de inspiración de grandes temas, sus visitas a Cuba, donde alternó con destacados músicos como Ernesto Lecuona, Celia Cruz y Nico Saquito, con quienes estuvo en tarima en el bar La Bodeguita del medio, en La Habana. |
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edgardoalfonso a las 08:33 · Sin comentarios
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25 de Enero, 2012
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 Archivo, Colprensa | Lucho Bermúdez nación en El Carmen de Bolívar el 25 de enero de 1912. Falleció en Bogotá en abril de 1994. Este miércoles se da inicio a la celebración del año del maestro Lucho Bermúdez.
La declaratoria la hará este miércoles la ministra de Cultura, Mariana Garcés Córdoba, en el municipio El Carmen de Bolívar, donde hace 100 años nacía el compositor y música colombiano.
Con este homenaje se "busca rendir honores y preservar la memoria de este compositor, arreglista, intérprete y director costeño", indicó el Ministerio.
La jornada de este miércoles incluye alborada, Te Deum y un concierto en el que actuarán la Orquesta de Lucho Bermúdez, Cartagena Caribe Big Band, Orquesta Universidad de Cartagena y Kalamary Big Band, entre otras agrupaciones.
Además el 20 de julio, día de la Independencia Nacional, se exaltará su legado musical con la interpretación en el país de sus diversas composiciones en la jornada de ¡Celebra la música!
El maestro, que desde pequeño se dedicó a la música, vivió por 15 años en Medellín. Incluso su estadía se hizo célebre por la composición del tema Salsipuedes.
En la capital antioqueña trabajó en el Hotel Nutibara, en el Club Campestre y fue director artístico musical de la emisora La Voz de Antioquia. |
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edgardoalfonso a las 08:16 · Sin comentarios
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24 de Enero, 2012
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Colombia, arrasada hoy entre otras catástrofes por el mal gusto, ha perdido mucho de lo que era, por ejemplo, la música popular bien concebida y realizada. Sobre todo, la de nuestro Caribe que es, a mi parecer, la mejor de esta geografía. En días mejores podíamos tener el gusto de observar una constelación de orquestas y conjuntos tropicales extraordinarios. Medellín, que a partir de los cincuenta se convirtió en la Meca de la industria del disco en el país, fue sede de talentosos músicos e intérpretes costeños y de otras regiones. La ciudad se transmutó en un laboratorio musical, que más tarde daría un resultado que para algunos fue no sólo de interés comercial sino cultural, como la mezcla de lo paisa y lo costeño, que en corrillos y capillas, con cierto aire despectivo, calificaron como el chucu-chucu, y que para Andrés Caicedo era una evidencia de la vulgaridad de la burguesía antioqueña. En todo caso, hubo un tiempo en que Colombia era conocida en el exterior por su música, por sus orquestas y compositores. Y uno de ellos, tal vez el más grande, era Lucho Bermúdez. Colombia era sinónimo de cumbia y porro. La radio era una aliada de la divulgación de esos ritmos y todavía no existían las deformaciones del vallenato, la vulgaridad y degeneración de lo popular, el mal gusto impuesto por las mafias del narcotráfico con una rancherización lamentable y grotesca. Eran los días del florecimiento de las orquestas de Lucho y de Pacho Galán y la de Edmundo Arias y la de Clímaco Sarmiento… Los años dorados de la música nacional. Y con Lucho Bermúdez, quizá el más internacional de los músicos colombianos de todos los tiempos, por encima de Shakira (talentosa bailarina) y de otros que son más productos a lo hamburguesa, la música colombiana tomó importancia en Argentina, Cuba, México, Estados Unidos y Europa. Sí, porros, cumbias, gaitas y, claro, uno que otro bambuco o pasillo, que también los compositores costeños, como José Barros, el mismo Lucho, componían piezas andinas, y se unían a exquisiteces de Efraín Orozco, de Fulgencio García, en fin, le daban al país sentido de identidad. Así que ser colombiano no era sólo –a lo Borges- un acto de fe, sino ser miembro de una comunidad musical. ¿Qué tenía aquella música que nos acompañaba en diciembre y el resto del año? ¿Qué había en esas orquestas, a las que se les notaba la influencia del jazz y de lo cubano pero que eran pura colombianidad? Y ahí, en esa aglomeración de estrellas, estaba la que, tal vez, producía más luz: la de Lucho Bermúdez, nacido en el Carmen de Bolívar (25 de enero de 1912) pero que llegó a ser más importante que el escudo o la bandera de un país que por otra parte seguía siendo un solar gringo. Lucho Bermúdez, compositor, director, clarinetista, arreglista, músico total, está cumpliendo el primer centenario de su natalicio y quizá sea hora de escuchar de nuevo algunas de sus mil creaciones o de desempolvar alguno de sus sesenta y dos longplays (ah, el vinilo está otra vez en boga). Alguna vez alguien que hacía una encuesta me preguntó cuáles eran las diez mejores canciones colombianas, y en el escalafón estaban Carmen de Bolívar y Kalamarí, del gran Lucho, así como La Piragua (José Barros), Alicia Adorada (Juancho Polo Valencia), Cuatro Preguntas (Morales Pino-Eduardo López), Raza (Germán Isaza-Carlos Vieco) y otras de letras bien concebidas y músicas preciosas, en las que no hay clichés ni versitos sentimentaloides. Lucho Bermúdez es un clásico de nuestra música popular. Y una representativa muestra de genio y conocimiento. Se oponen su carisma y sus creaciones al reino de la chabacanería y ordinariez que hoy salpica a la radio y a los medios en general. Y sigue siendo su música una lección de seriedad y rigor. Esperemos que en esto días al menos se dejen escuchar el clarinete y las armonías de Lucho a modo de oasis en algunas emisoras. Una tierra vale no por sus políticos (cada día más mentirosos y corruptos), sino por su gente, sus científicos y artistas. Y Lucho hace que Colombia siga siendo tierra querida. |
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edgardoalfonso a las 22:20 · Sin comentarios
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24 de Enero, 2012
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Juan Carlos Gossain y Lucho Bermudez Como muestra de la inmensa riqueza musical que cultivó por todos los rincones del territorio nacional y por ser considerado uno de los más grandes compositores, clarinetistas e intérpretes de ritmos colombianos populares del siglo XX, la Gobernación de Bolívar a través del Fondo Mixto para la Promoción de las Artes y la Cultura, Iderbol y la Universidad de Bellas Artes, rendirá un homenaje al maestro Lucho Bermúdez, en el aniversario número 100 de su nacimiento. El gobernador de Bolívar, Juan Carlos Gossaín Rognini, destacó que el evento que se desarrollará en el municipio de El Carmen de Bolívar, “servirá para escuchar sus interpretaciones, analizar su obra musical, discurrir acerca de su legado y rememorar anécdotas, hechos y sucesos, que enmarcaron la vida de este inigualable genio de la música popular colombiana de todos los tiempos”. Mara Berrocal, directora del Fondo Mixto para la Promoción y las Artes de Bolívar, manifestó que la importancia musical del maestro Lucho Bermúdez, radica en haber adaptado ritmos tradicionales colombianos, como la cumbia y el porro, en ritmos modernos que luego se convertirían en símbolo de identidad nacional desde la década de los treinta. La Gobernación de Bolívar, invertirá una importante partida financiera por intermedio del Instituto de Deportes y Recreación (Iderbol) y la Universidad de Bellas Artes, para la atención de logística del evento. La jornada comenzará con una alborada a las cinco de la madruga, que será transmitida por el circuito radial RCN y por el Colectivo de Comunicaciones de los Montes de María; luego se celebrará una eucaristía en acción de gracias por la vida del maestro Lucho Bermúdez. Posteriormente el gobernador, Gossaín Rognini, inaugurará en la Casa de la Cultura de El Carmen de Bolívar, el Salón “Lucho Bermúdez”, que servirá de escenario para conversaciones, disertaciones y exposiciones, relacionadas al natalicio del maestro. En las horas de la tarde se realizará un concierto con la orquesta de Lucho Bermúdez en la plaza principal de El Carmen de Bolívar, durante la jornada vespertina, la ministra de Cultura, Mariana Garcés Córdoba; el gobernador, Gossaín Rognini y el alcalde de la población, Francisco José Vega, entregarán las placas conmemorativas alusivas a la celebración. “Lucho Bermúdez fue uno de los pioneros innovadores que experimentaron con los arreglos de éstos ritmos musicales del Caribe Colombiano y que posteriormente los adaptaron al lenguaje musical contemporáneo de la época, por eso este miércoles 25 de enero estaremos en el Carmen de Bolívar, con conversatorios, intercambio de experiencias y conocimientos, para culminar con un gran concierto con los miembros de la orquesta del maestro; definitivamente será un gran encuentro para evocar sus éxitos más importantes como San Fernando y Salsipuedes” explicó, la funcionaria. |
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edgardoalfonso a las 17:05 · Sin comentarios
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Edgardo Tapia
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