Las autoridades no descartan que estas amenazas sean para intentar desestabilizar el proceso electoral del 30 de octubre.

Tanto el alcalde como el candidato amenazado los responsabilizan de la muerte de Antonio Castro Ochoa, de 22 años, el pasado 10 de octubre, durante los enfrentamientos entre la fuerza pública y habitantes del barrio La Paz, quienes exigían el restablecimiento del servicio de energía por parte de la empresa Energía Social.

El secretario General y del Interior de San Jacinto, Miguel Guerra Solar, asegura que esto genera preocupación entre las autoridades locales.

“La preocupación es latente porque no es lo lógico que las personas que están inconformes con alguna situación lo expresen de esa manera, puesto que se está trabajando en un proceso electoral en este momento que debe realizarse de manera pacífica y transparente”.

Dice que ya es de conocimiento del Gobierno Departamental la situación para que en conjunto con el Gobierno Nacional se creen estrategias que puedan ayudar a mejorar la situación.

“Queremos que la Oficina de Orden Público de Bolívar se haga los contactos con el Departamento de Policía y la Infantería de Marina, para realizar en San Jacinto un consejo extraordinario de seguridad para discutir los últimos acontecimientos sucedidos en esta población”, dijo el funcionario.

En los próximos días llegarán a la población más policías para salvaguardar el orden, mientras se esclarece el origen de los panfletos.

Por último anunció que en horas de la tarde de ayer se realizó un consejo de seguridad municipal, para analizar la situación de orden público y el origen del documento.

Una nueva alteración del orden público hubo ayer en el municipio de San Jacinto (centro de Bolívar), cuando familiares y amigos de David Antonio Castro conducían su féretro hasta el cementerio municipal.
Castro murió durante los enfrentamientos que sostuvieron la Fuerza Pública y los manifestantes del barrio La Paz el pasado lunes.
Los desmanes de ayer fueron protagonizados por jóvenes encapuchados que se enfrentaron con piedras a los escuadrones del Esmad de la Policía, generando daños en las viviendas del centro urbano de esa población.
De igual forma la turba arremetió contra las instalaciones del Centro de Convivencia, ocasionando daños en los ventanales y en algunos equipos de sistemas que se encontraban en las oficinas.
Durante más de cinco horas los manifestantes mantuvieron encerrados a los sanjacinteros, debido a la lluvia de piedras que caían en las calles y viviendas.
“En la historia de esta población jamás había ocurrido algo similar, y mucho menos protagonizado por jóvenes”, comentaron algunos vecinos.
Un habitante de este municipio dijo: “Nos sentimos secuestrados por los manifestantes, porque ya cumplimos más de 24 horas de miedo sin saber a qué nos vamos a enfrentar. Estamos peor que cuando aquí había presencia de grupos armados ilegales”.

EL COMERCIO, CERRADO
Debido a la alteración del orden en San Jacinto, los propietarios de tiendas, restaurantes y los artesanos mantienen cerrados sus negocios por temor de que los vándalos hagan nuevos saqueos, como los del pasado lunes en la noche.
La Alcaldía está cerrada y rigen medidas adoptadas mediante decreto por el alcalde Joaquín Güette Herrera, para tratar de retomar el orden público en el municipio.

LA POLICÍA CONTROLA
La policía movilizó más de 150 uniformados hasta este municipio bolivarense para recuperar la tranquilidad en la población y replegar a los mani-festantes. E objetivo es frenar los disturbios.
El mayor Ramiro Lozano Monroy, comandante del Segundo Distrito de Policía de El Carmen de Bolívar, expresó que es una protesta sin sentido, porque la exigencia inicial la cumplió la Administración.
Dice el oficial que las autoridades desconocen qué es lo que quieren los manifestantes y esperan que este jueves se restablezca la normalidad total en esta población, pues muchas familias dependen del comercio formal e informal.

      
El escuadrón antidisturbios resguarda a esta hora las edificaciones públicas de San Jacinto y la casa del alcalde Joaquín Güete. Esta última alcanzó a ser apedreada por los manifestantes, durante la revuelta que comenzó ayer por la falta de servicio público en barrios subnormales de esa población.

San Jacinto permanece bajo toque de queda, tras los disturbios sucedidos en esa población de los Montes de María y que terminó con una persona muerta por una bala perdida y siete heridos, entre estos seis uniformados de la Policía Nacional.

En mensajes de Twitter, el secretario del Interior del Departamento, Roberto Camargo Payares, dijo que “No estamos de acuerdo con la especie de cobro de energía jugando con el orden público ni tampoco con la mora de los usuarios”.

También informó que “ya la policía tiene resguardada la casa del Alcalde. Partieron vidrios de fachada afortunadamente no pasó a mayores”.

Fuentes cercanas a la Alcaldía de ese municipio informaron que los manifestantes comenzaron a dispersarse.

“Lo más preocupante es que ya de la comunidad no hay nadie. Apenas se les instaló el servicio de energía eléctrica comenzaron a dispersarse. Los que quedan ahora son personas encapuchadas que se presume son miembros de pandillas y agitadores políticos que se aprovecharon de la situación, los cuales ya están identificados”, dijo una de las fuentes.

La revuelta comenzó por el reclamo que hicieron los habitantes del barrio subnormal La Paz, quienes reclamaban que Energía Social los mantenía sin el servicio de energía eléctrica desde hacía varios días por el daño de un transformador.

Energía Social, a su vez, explicó que esa comunidad tiene una deuda de más de 43 millones de pesos, por la cultura del no pago que caracteriza a los habitantes del sector.

La protesta comenzó con el bloqueo de la Troncal de Occidente, la cual degeneró en un enfrentamiento entre la fuerza pública y los manifestantes.

Durante la revuelta murió una persona por una bala perdida. Fue identificada como David Antonio Castro Ochoa, de 21 años, de ocupación mototaxista.