Las imagenes son más elocuentes, para demostrar de lo que queda aquel parque que hace muchos años fué creado por el Club Rotary, de ésa época. También se encuentraba una estatua dedicada a un maestro unsigne como lo fué José P. Torres, fundador del Instituto que llevaba el mismo nombre; ya de ésta estatua no queda nada.
En estos momentos las sillas de cemento, se encuentran completamente imcompletas o destartaladas, apenas quedan las bases. Y hasta la presente no se consigue un alcalde que le ponga los correctivos necesarios, ésta lamentable falla ya lleva muchos años de completo abandono. Para que el pequeño parque vuelva a tomar vida, se necesita un milagro. Los dineros que se aprueben siempre se pierden y nunca hay culpables..