Para emergencias, las firmas eléctricas cuentan con subestaciones móviles y cuadrillas de técnicos.
La dura ola invernal que enfrentó el país durante el segundo semestre del 2010, dejó clara la necesidad de emprender programas de emergencia, a todo nivel, para evitar escenas tan fuertes como las vividas por el desbordamiento del Canal del Dique, que causó grandes inundaciones.
Electricaribe, la empresa de energía que atiende a los siete municipiosde la región Caribe, se puso en ‘guardia’ desde ese momento, y en el lapso de un año ha hecho inversiones que superan los 30 mil millones de pesos, en obras para atender urgencias o mitigar daños energéticos, durante la temporada invernal.
“Los trabajos se han concentrado en la subida del nivel de las subestaciones, como el caso de Campo de la Cruz, que se perdió completamente, y tuvimos que hacer una nueva.
Al igual que Gambote, en la que se levantaron muros de concreto, para evitar inundaciones; y en Carmen de Bolívar se invirtieron 4 mil millones de pesos, para mitigar los problemas de erosión, mientras se hace su reubicación en el 2012, una obra para la que se estiman recursos por 15 mil millones de pesos”, dice el ingeniero Rafael Oñoro Acosta, director del Despacho Eléctrico de Electricaribe.
Plan de contingencia
Pero la lista no acaba ahí, pues además de las 130 cuadrillas de emergencia que maneja normalmente la empresa, para enfrentar las fuertes temporadas de lluvias, Electricaribe acaba de implementar otras 37, que se ubican en las partes ribereñas de los ríos y del Canal del Dique, para responder ante cualquier falla que se presente.
“En estos grupos, compuestos por técnicos, tecnólogos, supervisores y hasta ingenieros operan dos o tres personas, completamente preparadas para atender los problemas energéticos de la región”, agrega Oñoro.
Estas cuadrillas se clasifican en las tipos canastas (que son grúas para cuadrar postes), livianas (camionetas con escaleras) y las de las aguas, que a través de canoas se trasladan a esos sitios apartados y necesitados del servicio eléctrico.
“También disponemos de material adicional especializado, para temporadas invernales como la actual. Justamente, hace una semana tuvimos que reemplazar un poste de concreto por uno de fibra de vidrio, en la vía entre Sabanalarga y Manatí (Atlántico), en donde un arroyo se llevó la carretera de la Cordialidad. En ocho horas, los municipios aledaños tuvieron nuevamente el servicio de luz”, dice Oñoro.
La inversión de Electricaribe también contempla la reubicación de redes y la atención de subestaciones móviles, que se trasladan al municipio o lugar de la región que presente fallas en el suministro de energía, a través de camiones o de camas bajas.
Son dos subestaciones móviles una de 60 megavoltiamperio (MVA) y otra de 30 MVA, acondicionadas con transformadores de potencia y equipos capaces de suplir la falla que presente una subestación, sin importar el sitio.
“Estas se conectan a cualquier línea de alto voltaje, entre 66 mil hasta 220 mil voltios, de las que se sacan circuitos y se procede a distribuir la energía en la zona que haya quedado sin el fluido”, precisa el director del Despacho Eléctrico de Electricaribe, quien adiciona que se pueden utilizar en cortos y largos tiempos, todo depende de la reparación.
CODENSA ESTÁ LISTA A ATENDER CUALQUIER EVENTUALIDAD
El Plan de Contingencia de Codensa contempla la ubicación estratégica de móviles de atención, en los municipios con mayor afectación invernal, y la rápida ubicación de los mismos a través de herramientas de posicionamiento global.
“Nuestro equipo de trabajo está preparado para responder ante cualquier solicitud de emergencia reportada por los clientes, y atender oportunamente las diferentes situaciones que se puedan presentar durante las fuertes lluvias”, dice Cristal Otálora, vocera de Codensa.
Para enfrentar esta temporada invernal, la empresa de energía reforzó su capacidad de atención de emergencias, con un incremento del 40 por ciento en el número de agentes que recibirán las llamadas de los clientes, a través de la línea 115.
Además dispondrá de 159 cuadrillas de mantenimiento, que operarán durante las 24 horas los siete días de la semana, y que deben atender los 480 kilómetros cuadrados de Bogotá y 14.500 kilómetros cuadrados de Cundinamarca.
Claudia C. Garcés y José M. Higuera
