Treinta y dos años de carrera profesional, más de treinta y
cinco producciones musicales; tres matrimonios, cuatro hijos, cuatro nietas,
Rafael Ricardo, el peso pesado del vallenato romántico (San Juan Nepomuceno,
(Bolívar), protagonista de éxitos de grata recordación como: ‘Mi sentimiento’,
‘Señora’, ‘El Mochuelo’, ‘Tú verás’, ‘Lejanía’, ‘Bendita duda’, ‘Esposa mía’,
‘Canción para ti’, ‘Mi dije de amor’, entre otros, además de profesor de Español
y Matemáticas, se pronuncia ante la penosa debacle que, por obra de la
corrupción de Sayco, está dejando en la ruina a autores y compositores
colombianos, y desangrando a propietarios de establecimientos públicos. Lo
escuchamos.
¿Cómo van las cosas y con todo lo que se está destapando en
Sayco, crees que se acerca el final de esta institución? “De ninguna manera,
y es lo que menos queremos que ocurra. De hecho he insinuado muchas veces que
por favor, pedimos al gobierno, no se vaya a liquidar Sayco”.
¿Por
qué? “Porque Sayco no es la que está cometiendo los ilícitos: son unos
funcionarios corruptos que por años han desangrado esta entidad y han
perjudicado el buen nombre, la seguridad y las regalías de sus afiliados, en
este caso, los compositores”.
¿Cómo observaste la destitución de su
gerente ‘vitalicio’, Jairo Ruge? “Como el inicio de la limpieza y la
oxigenación de Sayco. Esperamos que detrás de él vengan muchos
más”.
¿Cuál es el gran mal que le han hecho estos funcionarios a
Sayco? “Robar descaradamente a los compositores al no entregarles los dineros
que por ley les pertenece”.
¿Bajo qué pretexto? “Bajo el cínico y
descarado pretexto de que no suenan. Y en este punto tengo que hablar de lo
siguiente: las que no suenan son precisamente las ‘canciones’ del presidente de
Sayco, Alberto Urrego Eljach, cuyas obras son de muy mala calidad; pero ellos, a
través del mecanismo de las planilla se acomodan en las mismas como si
estuvieran sonando, sobre todo en las regiones de Bolívar, Sucre y Córdoba, que
son los grandes fortines electorales de este señor”.
¿Desde cuándo existe
esta ‘mafia’, que nunca se había denunciado? “Lo que he escuchado -no me
consta- es que en presidencias anteriores también ocurría, pero creo que en
estos tres períodos consecutivos del señor Urrego, se disparó esta
sinverguencería rampante”.
¿Quién suena para suceder a Ruge? “Tengo
entendido que fue nombrado interinamente un señor Restrepo que trabaja en Sayco,
pero aún no se ha confirmado su nombramiento oficial”.
Bueno, ¿y tú por
qué no tomas las riendas, como se ha hecho con anteriores presidencias, algunas
de ellas, bien encaminadas por notables artistas? “He expresado en casi todas
las entrevistas que se me han hecho, que no tengo la mínima intención de ocupar
ningún cargo importante en la administración de Sayco. Lo mío es tratar de que
en Sayco las cosas se hagan bien, con honestidad, equidad y
transparencia”.
¿Cómo ves ese maridaje Sayco-Acinpro “Yo creo que
ambas deben existir por separado. Pero no le veo sentido a que exista una
tercera Sayco-Acinpro, porque esta se queda con una parte de los dineros de los
compositores e intérpretes; entrega el resto a Sayco y a Acinpro, y estos
vuelven a cobrar otro porcentaje nuevamente”.
Tú has sido uno de los
grandes damnificados de la corrupción de Sayco, ¿verdad? “No exactamente de
los grandes, pero sí he sido vulnerado en el sentido en que no se me liquidan
las sonadas reales ni en radio ni en televisión”.
¿Por cuánto te llegó la
última liquidación trimestral? “Por la irrisoria suma de 133 mil pesos, que
la verdad me da pena mencionar”.
¿Por cuánto te llegaba en épocas
mejores? “Nunca ha sido muy cuantiosa, pero me llegaban entre 500 y 600 mil
pesos, que tampoco era la cifra merecida”.
¿Y qué decir entonces del
desangre de los establecimientos públicos por parte de Sayco? “No conozco
exactamente las tablas por las que se cobran los derechos de autor a estos
establecimientos, pero todo parece indicar que son excesivas las sumas en muchos
casos, por ejemplo, ¿cómo se le puede cobrar al radiecito del zapatero remendón,
que es su único medio de distracción?”.
Has dejado un tiempo considerable
sin grabar, ¿de qué está viviendo hoy en día Rafael Ricardo? “Bueno, presento
un programa en la televisión por cable que se llama ‘Vallenateando con Rafa’,
que ya cumple cuatro años y que está muy bien posicionado en todo el país. Pero
sea la oportunidad para enterarte de que estoy grabando una nueva producción
musical”.
¿Puedes hacer un adelanto al respecto? “Este es un secreto
de artista, y discúlpame, que no te puedo revelar”.
¿Qué pasó con el
‘Rincón de Rafa’? “Lo vendí hace muchos años”.
¿Te cansaste de la
bohemia noctámbula? “Sí, esa trasnochadera desgasta”.
¿Y qué hiciste
con esa cantidad de ron que tenías almacenada en la bodega? “Se la bebieron
los ‘lagartos’; no dejaron ni los cunchos”.
¿Harías migas otra vez con
Otto Serge? “Es casi imposible”.
¿Por qué, Rafa? “Porque hay una
tercera persona que es la que hizo que se acabara”.
¿Para cuándo habrá
luz verde con tu nuevo trabajo? “Creo que el semáforo cambiará de color en un
mes”.
¿Sigue sonando ‘El Mochuelo’? “Sigue cantando en los Montes de
María y en matorrales aledaños”
Fuera de ‘El Mochuelo’, ¿con qué otro
pájaro está sumamente agradecido? “Con el mío que, como ‘El Mochuelo’, entre
más viejo, más fino”.
¿Qué pasó con el profesor de matemáticas y español
que tanta lora dio en tus años mozos? “El de matemáticas, está quieto; pero
el de español, todavía dicta sus clases en ‘Vallenateando’”.
¿Qué opinión
te merece el vallenato de estos tiempos, con todas las arandelas, fusiones y
lenguajes que le han acomodado? “En este momento se está considerando como
vallenatos muchas canciones que nada tienen que ver con el género. En este orden
de ideas, respondo a tu pregunta: no me gusta casi nada de lo que se está
haciendo en ese sentido, pero veo con beneplácito que ese mismo hecho negativo
está aburriendo a la gente, y el vallenato está retomando el cauce del que nunca
ha debido salir”.
¿De las nuevas generaciones quién se salva? “Esa
respuesta me la reservo para, como dice la canción, ‘Señora’, no herir
susceptibilidades”.
Fuera del tuyo, ¿qué otro vallenato escuchas? “Soy
Zuletista, Oñatista, Diomedista por antonomasia, pero también escucho vallenatos
de Villazón (Iván), los Betos, Silvio Brito, Daniel Celedón, y el Binomio de
Oro, pero el de Rafael Orozco, etc.”.
Tú qué eres un maestro de la
palabra, un cultor de la gramática y un romántico del vallenato, ¿tienes alguna
definición personal del mismo?
“Sí, es la expresión del amor, de la
naturaleza y de la belleza en general, en palabras sencillas y en melodías que
traspasan el alma”.
¿A cuántas señoras has conquistado con tu acordeón de
teclado y tu virtud? “Si me ciño a los correos electrónicos, al facebook y a
las llamadas telefónicas, son miles las que endulzan este corazón”.
Pero
una de carne y hueso que te acompañe: ¿la tienes ahora mismo? “Sí, una
banqueña (de El Banco, Magdalena) preciosa”.
¿Cuánto te marcó la balanza
la última vez? “132 kilogramos”.
¿Normal para ti? “No, quiero bajar
por lo menos los 32”.
¿Con qué acostumbras quemar grasa? “Yo soy un
sedentario irremediable. El único ejercicio que hago es el de la
cama”.
¿Cada cuánto? “Más de lo que se puede suponer por mi
edad”.
¿Cada mes está bien? “¡No, hombe!, cómo se te ocurre, me
hubiera muerto de inanición”· |
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